Las contemplativas tienen como vocación especial en la Iglesia la celebración de la Liturgia.
“¿Qué es la liturgia sino la voz unísona del Espíritu Santo y la Esposa, la santa Iglesia, que claman al Señor Jesús: `Ven’? ¿Qué es la liturgia sino la fuente pura y perenne de ‘agua viva’ a la que todos los que tienen sed pueden acudir para recibir gratuitamente el don de Dios? La liturgia es el lugar principal del encuentro entre Dios y los hombres, de Cristo con su Iglesia”
Las hermanas entran plenamente en el espíritu del ciclo litúrgico del año, contemplando a Cristo en la sucesión de los misterios de su Vida, de los cuales la Pascua es el acto culminante. En el esplendor y sencillez de la liturgia la comunidad manifiesta su fe, esperanza y amor a Dios y a los hermanos.
“La Liturgia es el ejercicio del Oficio Sacerdotal de Cristo, por medio de signos sensibles, que realizan de una manera propia la santificación del hombre”.
LA SANTA MISA
Según san Francisco de Sales, la Misa es “el centro de la religión cristiana, corazón de la devoción, alma de la piedad, misterio inefable que comprende el abismo de la caridad divina, por el cual Dios, entregándose realmente a nosotros, nos comunica magníficamente sus gracias y favores”. “Los coros de la iglesia triunfante y los de la iglesia militante, vienen a asociarse y unirse a nuestro Señor en esta divina acción, para con El, en El y por El arrebatar el Corazón de Dios Padre y hacer nuestra su misericordia”.
La Eucaristía es la Fuente que las hace vivir de Cristo. En este Misterio de unidad, realizan su deseo de salvar el mundo entero con Cristo. Las hermanas profundizan su fe en la Eucaristía por el estudio y la meditación. Procuran una preparación próxima de su participación al santo Sacrificio por una lectura meditada de la Palabra que va a ser proclamada.
LITURGIA DE LAS HORAS
La Liturgia de las Horas o el Oficio Divino es la prolongación a lo largo del día de la oración sacerdotal de Cristo. Hay un HIMNO ETERNO que se canta en el Cielo desde siempre. El Verbo al tomar nuestra naturaleza humana, introduce este HIMNO, su propio Cántico al Padre en la tierra…y ese Cántico, esa Voz comienza a sentirse en el mundo…y no puede interrumpirse ya más…porque después de que acabe el mundo, ese Cántico prosigue en la Gloria!
Ese Cántico que es de Cristo es confiado a la Iglesia, en eso consiste el Oficio Divino. Ahora se realiza con signos pobres y humildes pero que encierran una realidad infinita. El Cristo total sigue alabando en la Iglesia… esta función, esta misión es confiada a todo bautizado pero mucho más, y específicamente a las monjas.
“Señor: abre mis labios: y mi boca proclamará tu alabanza”.
“Señor: abre mis labios para que a través de mí, siga escuchándose esa Voz, ese Himno que sos Vos mismo, en mí, que glorifica a tu Padre y salva al mundo”. Cristo ora en nosotras y por nosotras. Y así se realiza la Epifanía de lo Divino. Toma palabras humanas para hablar y alabar a su Padre y lo hace a través de nuestras voces.
Esta es nuestra vocación específica como contemplativas celebrar de la Liturgia de las Horas cantada. Esta oración expresa la adoración , la alabanza, la acción de gracias, la súplica de todos los hombres. Suscitada, sostenida y animada por el Espíritu, la liturgia es un medio privilegiado para proseguir la obra de la salvación del mundo en solidaridad con todos.
El breviario…es nuestra herramienta de trabajo. Es el libro que cinco veces al día tomamos en la manos…para que Cristo siga derramando su Vida, su amor, la salud, la luz, el consuelo, la paz a todos los hombres.
Adoro te devote
Ave Verum
Cibavit eos (Introito de Corpus Christi)
Spiritus Domini (Introito de Pentecostés)
Ubi Caritas
Veni Sancte Spiritus (Secuencia de Pentecostés)
Victimae Paschali
Salve Regina