Nuestra Señora de la Visitación
El misterio de la Visitación
Nuestro Santo Padre Francisco de Sales eligió el Misterio de la Visitación al fundar su Congragación porque Dios le había revelado mil facetas en este Misterio, que le daban luz sobre el espíritu que Dios quería para sus hijas.

En primer lugar: Misterio de la vida oculta, la grandiosidad encerrada en lo que no se ve. Cristo oculto latiendo en el seno de María comunica vida, necesita hacerlo. Su Ser es Don, salida hacia…es Espíritu Santo que necesita donarse, derramarse, y lo hace a través de lo humano. María lleva a Cristo escondido en su seno y en el camino a la casa de Isabel todo queda misteriosamente cristificado. Ella no hace nada, sólo lo lleva, se deja conducir hacia…

En segundo lugar: lo divino encerrado en lo más humano de nuestra vida. Desde la Encarnación…todo lo humano adquiere su valor divino. Todo se transforma en “posibilidad “ de encontrar y tocar a Cristo. Lo más sencillo, los trabajos y acciones más cotidianas, lo más insignificante y banal, lo más irrelevante a nuestros ojos, lo que no brilla, lo más pobre y pequeño…en esto Cristo se hace ya presente. El está en esto de una manera nueva y definitiva. Y porque Dios está, y sólo porque El está, todo se transforma en “epifanía” de lo Infinito. María lo intuía profundamente, y hoy revive su Misterio en nuestra vida visitandina. Ella nos enseña a tener la mirada clara y despejada, profunda y transparente para encontrar y vivir a su Hijo en todo.

Y por eso (tercer aspecto) el Misterio de la Visitación es misterio de Gozo. Sí, no podemos sino vivir y respirar este gozo: Cristo vivo , palpitando en nuestra propia vida…a tiempo completo!. Alegría que es más que un estado de ánimo o sentimiento; más bien es certeza estable, inmutable de esa Presencia inconmovible del Señor dentro de nosotros. Al ser Misterio de gozo, no se puede contener y por eso se transforma en servicio (cuarto aspecto) ¡Hay que darlo!!! El Señor y la Reina del Cielo van a servir a Isabel. Nuestra vida es un salir constantemente de nosotras mismas para dar y transmitir a Jesús.

Quinto aspecto: Misterio de humildad: María se siente mirada en su pequeñez y eso la hace vibrar de alegría. Ella es pequeña, esa es su verdad y ella se goza en esto. Su mirada abarca las dos realidades: las grandes cosas que hizo en ella el Todopoderoso y la pequeñez de su ser. Se asombra de que las dos realidades se armonizan tan perfectamente y que tienen como fruto la unión de la naturaleza divina con la humana en su seno: el Milagro más grande que jamás existirá. Dios hecho Niño en ella.
María realiza, como en otro tiempo, su “visitación” a todas las almas que desean encontrarse con Jesús
“…Las Hermanas de la Congregación no deben tener más que un solo corazón y una sola alma, recordando continuamente que nuestro Señor por su inspiración y vocación y nuestra Señora por una secreta visitación con que visitó su corazón, las ha congregado y unido mutuamente…” – San Francisco de Sales (Constituciones)