¿Qué es la Guardia de Honor?

Es una asociación de fieles cristianos (laicos, religiosos, sacerdotes) que practican la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, según la espiritualidad de Santa Margarita María de Alacoque. La Hora de Guardia, consiste en ofrecer una hora del día con el deseo de consolar al Sagrado Corazón, crecer en una relación viva de amistad con El.
Cada miembro de la Guardia de Honor, elige la hora del día durante la cual ofrecerá sus ocupaciones ordinarias. La hora de guardia puede hacerse frente al Santísimo, pero también en cualquier otro lugar, en la casa, en la oficina, en el colegio, haciendo deporte, de paseo. El fin de esta hora es santificar el deber de estado: llegar a vivir todo con Cristo en Cristo y por Cristo.
Todos podemos ser guardias de honor del Corazón de Jesús: los que están más alejados de Dios podrán valerse de esta hora para volver a la amistad con el Señor. Para los fervorosos será un medio maravilloso para crecer en la intimidad con Cristo. Para los ardientes apóstoles, un medio para conquistar amigos para Cristo.
En nuestro Monasterio los guardias de honor se consagran al Corazón de Jesús todos los PRIMEROS DOMINGOS DE MES. Se reúnen a las 15 hs en el locutorio del Monasterio en donde una Hermana les explica todo acerca de la Cofradía. Luego se anotan en la hora que han escogido, los nombres de todos los asociados quedan escritos en un Cuadrante que permanece en la Capilla del Monasterio. Prosigue la santa Misa durante la cual, antes del Ofertorio pasan al altar para leer la formula de consagración, se les entregan la medalla y los estatutos.

Breve historia de la Guardia de Honor
«La Guardia de Honor tiene su punto de partida en el Calvario, su base en la herida del Corazón de Jesús, sus modelos en los primeros «Guardias de Honor» que rodeaban la Cruz solitaria cuando ese Corazón fue abierto por la lanza: el alma purísima de la Santísima Virgen, el alma amiga de San Juan y el alma amante y arrepentida de Santa María Magdalena».
Como asociación, la Guardia de Honor del Sagrado Corazón nació en el Monasterio de la Visitación de santa María de Bourg en Bresse, Francia, el 13 de marzo de 1863, por pedido del Señor a nuestra Hna. María del Sagrado Corazón Bernaud. Animada por el deseo de glorificar al Corazón de Jesús sintió la inspiración de fundar una Asociación, cuyos miembros se comprometen a santificar el deber de estado cotidiano por la ofrenda especial de una hora de guardia (hora de presencia) en reparación de los pecados, por los cuales nuestro Señor sufrió agonía y derramó su sangre en la cruz.
El fin de la Guardia de Honor es rendir culto, continuo y sin interrupción, de gloria, de amor y de reparación al Corazón Herido de Jesús. Herido visiblemente una vez con la lanza en la cruz y herido invisiblemente todos los días por el olvido, la ingratitud y los pecados de los hombres.

Gloria:
con todos nuestro actos humanos ordinarios, por la participación en los sacramentos, principalmente en la santa Misa, acto supremo de gloria a Dios.

Amor:
manifestándolo en la relación personal con el Señor y demostrándolo con obras en el cumplimiento de su Voluntad.

Reparación:
por la práctica de las virtudes cristianas, por la fidelidad gozosa al deber de estado y santificación de las obras ordinarias.


Prácticas de la Guardia de Honor
Son dos las prácticas principales de la Guardia de Honor, una vez inscrito y tras haber elegido la hora de ofrecimiento (Hora de presencia: selección de una de las 12 horas de guardia del cuadrante):
- Ofrenda de la Guardia de Honor (Hora de Guardia u Hora de Presencia).
- Ofrenda preciosísima al Padre Eterno.
Ofrenda de la Guardia de Honor (Hora de Presencia)
Algunas recomendaciones:
- Elegir una hora y ofrecerla sin cambiar las actividades ordinarias.
- Santificar esta hora bendita con el deseo de unirnos y consolar al Corazón Divino.
- Conviene ir, en espíritu, al lugar por excelencia del Amor: el Sagrario, con Jesús Eucaristía, mediante una comunión espiritual. Allí ofrecer sus pensamientos, palabras, acciones, alegrías, penas, dificultades, etc. Santificar nuestras acciones con el deseo de consolar su Corazón adorable con amor.
- Unirse al patrono especial de cada hora y pedir por las intenciones particulares correspondientes a la hora elegida.
- Si se olvida la hora de presencia, puede comenzarla en el momento que recuerde. Nada de esto obliga bajo pecado.
Ofrecimiento de la Hora de Presencia:
«Divino Corazón de Jesús, yo te ofrezco esta hora de guardia, durante la cual, en unión con (aquí se nombra el Intercesor conforme a la hora de guardia que se haya elegido) deseo particularmente, amarte, glorificarte y sobre todo consolar a tu adorable Corazón con mi amor. Acepta con esta intención, mis pensamientos, palabras, mis acciones y mis penas. Recibe en especial mi corazón que te entrego sin reservas, suplicándote lo consumas en el fuego de tu purísimo Amor. Divino Corazón quisiera consolarte, quisiera amarte por todos los corazones que te afligen y no te aman”.

Santos Protectores de la Hora de Presencia
- Nuestra Señora del Sagrado Corazón
- Señor san José
- San Francisco de Asís
- San Francisco de Sales
- Santa Margarita María de Alacoque
Patronos e intenciones para cada hora de presencia
Intercesores en unión de los cuales los Guardias de Honor hacen su real servicio e intenciones por las cuales se ofrece la Hora de guardia:

De 12 a 1
Patronos: La Santísima Virgen María. Intención: La Iglesia: el Papa, los cardenales, obispos, sacerdotes, órdenes religiosas, seminarios y noviciados. Las causas difíciles y desesperadas.

De 1 a 2
Patronos: San José y los Santos.Intención:Las naciones y sus gobernantes, las administraciones civiles, la paz y la concordia.

De 2 a 3
Patronos: Los Justos de la tierra. Intención:Las grandes instituciones políticas, sociales, económicas, medios de comunicación social, la magistratura, el ejército, la orientación cristiana de las leyes y las costumbres públicas, la santificación de los días festivos.

De 3 a 4
Patronos: Los Serafines. Intención:La familia: padres e hijos. El matrimonio y su estabilidad. El respeto a la vida de los niños antes de nacer. Los asuntos encomendados a nuestra oración.

De 4 a 5
Patronos: Los Querubines. Intención:La enseñanza: Educación de los niños y jóvenes. Los maestros, profesores y los centros de enseñanza. Los jóvenes en situación de elegir estado de vida.

De 5 a 6
Patronos: Los Tronos. Intención:El trabajo: los empresarios y los obreros de toda clase. Sentido cristiano de la legislación laboral. Los que van de viaje.

De 6 a 7
Patronos: Las Dominaciones. Intención: Los que sufren: Los pobres, los enfermos, los prisioneros, los que no tienen trabajo ni hogar; los prófugos y los refugiados. Los que están expuestos a pruebas y tentaciones.

De 7 a 8
Patronos: Las Dominaciones. Intención: Los que sufren: Los pobres, los enfermos, los prisioneros, los que no tienen trabajo ni hogar; los prófugos y los refugiados. Los que están expuestos a pruebas y tentaciones.

De 7 a 8
Patronos: Las Virtudes. Intención:La propagación de la fe: Los misioneros, las obras misionales, todas las obras de evangelización y apostolado. La conversión de los paganos y de los incrédulos.

De 8 a 9
Patronos: Los Principados. Intención: Los agonizantes: la perseverancia final de los moribundos. Facilidad para que los enfermos reciban los santos sacramentos.

De 10 a 11
Patronos: Los Arcángeles. Intención:Las almas del Purgatorio, los asociados y familiares difuntos.

De 11 a 12
Patronos: Los Ángeles. Intención:El Reinado del Corazón de Jesús: las obras Eucarísticas. Todas las obras y asociaciones que promueven la devoción al Corazón de Jesús. Difusión de la Hora de Presencia y aumento de la Guardia de Honor. Acción de gracias por los beneficios recibidos.
La ofrenda preciosísima al Padre Eterno:
Los primeros guardias de honor fueron La Santísima Virgen, san Juan y santa María Magdalena en el monte Calvario, al pie de la Cruz. Ahí honraron la sagrada herida abierta en el Corazón de Jesús por la lanza del soldado. Ellos le consolaron en su abandono y adoraron la efusión suprema de la Sangre y agua que de allí brotaron. Los guardias de honor ofrecemos al Padre, esta Sangre preciosísima que redime al mundo.
Lo hacemos mediante esta oración:
“¡Padre Eterno!, con la Santísima Virgen María, y los discípulos fieles al pie de la Cruz de Jesús, te ofrezco la sangre y agua que brotaron de la herida del Corazón de tu Hijo Unigénito, en expiación de mis pecados y los de todos los hombres, en sufragio de las almas del purgatorio, y por las necesidades de la santa Madre Iglesia. Padre nuestro, ten misericordia de nosotros”.

La Presencia de Jesús en el Sagrario ha de ser como un polo de atracción para un número cada vez mayor de almas enamoradas de Él, capaces de estar largo tiempo escuchando su voz y como sintiendo los latidos de su Corazón. San Juan Pablo II